domingo, 18 de octubre de 2009

LAS MISIONES Y EL EVANGELIO DE HOY.


La festividad del Domund (Domigo Mundial por las Misiones), no tiene una liturgia especial. Sigue la del domingo que le corresponde cada año. La de este domingo es muy interesante. Los hijos de Zebedeo pidiéndole a Jesús los primeros puestos en el Reino. Y, naturalmente, los apóstoles indignándose por ello. Jesús les explica que el ser los primeros comporta dar la vida por Él. Y les muestra que entre ellos lo fundamental es el servicio, por eso el que quiera ser el primero, se ha de hacer servidor de todos.

Ese es el camino del misionero. La cuestión no es si lo prioritario es anunciar la Buenanueva o el trabajo social. ¿Por qué tenemos esa manía de reducirlo todo a disyuntivas, a extremos, a blanco o negro, cuando la belleza se encuentra en los matices? Naturalmente que el misionero debe anunciar la Buenanueva. Ese fue el mandato de Jesús antes de partir. Pero también cuando Juan manda a sus discípulos a preguntarles si es Él o han de esperar a otro, como señal del Reino les dice: "Id a decirle que los cojos andan, los ciegos ven....". Porque el misionero sabe bien que será difícil hablar de amor de Dios a quien se muere de hambre, o de salvación a quien no tiene medicamentos...

El misionero predica ante todo con el ejemplo de una vida al servicio del más humilde sin preguntarle si es creyente o no...Es el otro quien le pregunta por qué hace eso y le dice que quiere ser como él...

Pablo, en el Aerópago, dio una lección de cómo se evangeliza partiendo de la cultura del oyente, no imponiendo la cultura del evangelizador...Después viene el compromiso, que es personal. Y sobre todo no podemos olvidar que la Fe la da Dios, no nuestras bellas palabras, ni los medios y métodos más perfectos que empleemos.
No nos olvidemos en este día de esos miles de mujeres y hombres que dedican su vida al servicio de los demás en tierras lejanas.

Y quizá nos convendría, a los que estamos aquí, darnos cuenta que occidente también es tierra de misión. La cultura religiosa, no digo ya el compromiso religioso, es cada día menor. Pues empleemos métodos misioneros. Menos palabras que la gente no entiende y más servicio, que eso sí lo entienden. Tras el servicio, las palabras vienen solas... Si la Iglesia quiere ser la primera, que se haga la servidora de todos...Sí. Ya sé que lo hace, pero suele ser la parte de Iglesia que menos gala hace de ello...

4 comentarios:

  1. Acabo de llegar de celebrar la Eucaristía con mis hijas, como hago cada domingo. Por motivos de comodidad acerca de la catequesis que le imparten a Cristina, la menor de mis hijas, he de ir a escuchar a un sacerdote con unas teologías más que radicales, y nada asertivas con lo que yo entiendo por la vida en fe. En fin...haré por que mis niñas aprendan la fe a traves de mi y de gentes como tú, sí Joan, llego a casa últimamente a leerte, puesto que sé que acertarás y te acercarás más a lo que quiero y siento que deben sentir los cristianos.
    Un abrazo muy fuerte, desde el viejo reyno.
    Aiara

    P.D. Leeré a mis hijas tus reflexiones.

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  2. Primera homilia de nuestro nuevo párroco
    "para un cristiano lo importante no es la justicia social, sino la caridad....." ¿declaración de intenciones...????? hasta ahí esto ha sido lo más llamativo, claro, a partir de ahí ya ni idea...........
    No digo nada más, a lo mejor me paso

    Un abrazo y feliz tarde de domingo
    Soqui

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  3. Si no me equivoco (que es muy posible), un Personaje muy importante de la Bíblia dijo aquello de que "por sus obras los reconoceréis", ¿no es así? Pues queda dicho todo. O como reza aquel refrán, "obras són amores y no buenas razones". Todo lo demás...
    Qué, Joan, ¿llegó a tu casa ya el frío? Lo digo porque en la fotografía de este espacio ahora apareces más tapadito y más oscuro que en la de hace unos días.
    Que tengas una estupenda semana. Un abrazo!
    Montse

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  4. Justo en la idea que expones creo que radica la verdadera autoridad de la Iglesia y las pequeñas "autoridades" que queremos hacer valer.
    Sólo es válida la autoridad moral: aquella que cuando predica el esfuerzo, lo hace desde el mismo esfuerzo y tesón; aquella que cuando pretende ilusionar, lo hace desde la propia alegría; la que pide honestidad en su compromiso desde la postura siempre coherente, responsable y valiente de entregar -siempre por delante- todo aquello que reclama.
    Un abrazo,
    Amparo.

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