viernes, 9 de octubre de 2009

MEMORIAS DE ÁFRICA: LA HOSPITALIDAD.


Ayer leí un proverbio árabe, que más o menos dice: "Cuando recibas a alguien, dale de comer y de beber tres días, antes de preguntarle quién es, de dónde viene y a dónde va." Me hizo recordar la hospitalidad del África negra. Lo de los tres días de los árabes se entiende, porque el visitante viene de un largo recorrido por el desierto...Eso no era el caso en África subsahariana, pero...la idea venía a ser la misma.


Cuando se entra en una casa lo primero que hacen es recibirte con un cuenco de agua. Luego, ya en el interior, te ponen un cuenco de sodaví (aguardiente de palmera de más de 60º) y unos cacahuetes. Te hablarán del tiempo, de la cosecha...de todo. Al cabo de un rato, te dirán: "Buenos días". El blanco se queda extrañado de, a qué viene este saludo si hace más de un cuarto de hora que has llegado. Pues es la señal para decirte que ahora puedes decir el motivo de tu visita.


¿Os imagináis lo que pasa cuando es el africano que llega a nuestra casa? Le abrimos la puerta, le hacemos pasar y, haciendo gala de nuestra educación occidental, le preguntamos inmediatamente qué es lo que quiere, en qué podemos servirle. Tindríais que ver la cara que ponían. Y si tenían su carácter, te decían que nada y se iban.


Reconozco que me costó acostumbrarme a hacerlos pasar, hacerlos sentar, ofrecerles agua, hablar de vaguedades y esperar un rato para decirles :"Buenos días". Porque nosotros siempre tenemos mil y una cosa para hacer. Porque nuestra educació nos dice que nos hemos de poner a su disposición enseguida. Y con esas prisas...solemos meter la pata. No tenemos tiempo de mirar a los ojos al que nos visita. No reparamos en su tono de voz. O en que tiene las manos tensas, en su nerviosismo, que puede indicarnos que le trae una cuestión grave. A nosotros nos importa solucionar el problema lo antes posible, que puede indicar ganas de ayudar o ganas de que nos dejen tranquilos...


En África subsahariana, presentarse durante la comida, es una muestra de exquisita educación. Estás permitiendo que tu anfitrión tenga el gozo de invitarte. Aquí, si llegas en el momento de la comida, notarás en el ambiente la tensión de quien te considera inoportuno...por no ducir caradura o fresco.


Pero a mi me hace pensar: ¿Nuestra educación busca realmente el bien del otro, o salvaguardar nuestra intimidad? ¿Por qué nos cae tan mal que alguien venga a molestarnos?


Curiosamente en África, los empleados de banca eran las personas más desagradables que he conocido. Se vanagloriaban de tener educación europea...
Nota: La blanca de la foto es Teresa, una compañera mía de universidad. Biológicas en la U. Autónoma de Barcelona. Lleva más 30 años en el Zaire.

4 comentarios:

  1. El tiempo y la observación son importantes y es cierto que nosotr@s siempre vamos con prisas y no nos fijamos demasiado en esas cosas, pero que importante es el ir conociendo las costumbres de los lugares en los que nos encontramos, para poderlas ir asumiéndo si llegamos de nuevas y procurar también que vayan conociendo las nuestras
    Diferentes pero iguales.....

    Un abrazo
    Soqui

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  2. "A donde fueres has lo que vieres"
    Para conocer y disfrutar realmente un lugar es necesario vivirlo así como es, adaptarse al contexto, no el contexto al recien llegado.
    Feliz Fin de semanita..

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  3. Joan ,descubriremos algún dia el origen de nuestra conducta?
    Pensaremos en el pró(ji)ximo cuando llame a nuestra puerta?
    Porqué los pobres son los que más confianza ofrecen?Será porque no tienen miedo a perder lo que les debemos?
    Hoy,sólo preguntas
    Besucos

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  4. Necesitamos preguntar, pero lo importante es esperar serenos la respuesta. ¿Cómo estás y qué quieres? después de pausa, tóma tu tiempo en responder, puesto que sí, espero a escuchar que me respondes.
    Un beso desde el viejo reyno.
    Aiara

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