lunes, 18 de enero de 2010

¿INMOVILISMO O CAMBIO?



Empezamos hoy el octavario por la unión de los cristianos. Es decir, ocho días para que recemos y recordemos que sólo hay una Iglesia, la de Cristo y que hemos de intentar limar nuestras diferencias para considerarnos todos, miembros de la misma Iglesia.
Lo peor que nos puede ocurrir cuando buscamos la unidad, y eso también vale para el diálogo con otras religiones no cristianas, es, quedarnos en buscar un común denominador. Aquello que nos une. Este es únicamente un primer paso. Muy importante, sí, pero insuficiente. También debemos buscar sin tapujos lo que nos separa. Porque no se trata de renunciar a la propia identidad. Podemos estar de acuerdo con una especie de "humanismo universal". Quien vive su espiritualidad profundamente sabe, que reducir la espiritualidad a ese común denominador, es reducirla a mínimos, a algo superficial y sin vida. Eso sólo sirve como punto de partida.
El caso de la unión de los cristianos, el ecumenismo, para ser honesto, ha de evitar muchos peligros.
Si partimos de la afirmación de que la Iglesia católica es la única Iglesia de Cristo, matamos de raiz el ecumenismo. Sólo hay una alternativa: o eres de los nuestros o no eres Iglesia de Cristo. Tras este punto de partida, no hay diálogo posible y el ecumenismo es una pantomima.
Si leemos la historia de la Iglesia con seriedad y honestidad, constataremos que la división siempre la ha provocado el orgullo humano. La Iglesia Ortodoxa se separó por cuestión de primacía entre Roma y Constantinopla. La cuestión teológica del "filioque" es irrelevante. Lutero tenía razón en el tema de las indulgencias y, desgraciadamente, Roma siempre ha rozado la simonía. La mayoría de las tesis de Lutero, hoy no representan ningún problema para la Iglesia Católica. El orgullo y la intolerancia, provocaron la división.
Católicos y protestantes de base se entienden. Los monasterios son lugares de unión entre todos. Pero una eclesiología católica totalmente vertical (y totalmente preconciliar), una lectura machista del evangelio que impide el sacerdocio a las mujeres (más bien una no lectura, porque del evangelio no se puede deducir ni el sacerdocio del hombre, ni el no sacerdocio de la mujer) , una doctrina que pretende la interpretación literal de la Biblia y una doctrina totalmente desviada de la infalibilidad pontificia, son los que ponen una barrera a la unidad. 
El verdadero ecumenismo supone compartir la riqueza de los otros cristianos. La búsqueda del Espíritu Santo y el amor a la Palabra de los protestantes, por poner dos ejemplos.
Estos días hemos de meditar las palabras de Jesús en la Última Cena, tal como nos las transcribe Juan: "QUE TODOS SEAN UNO, COMO TÚ PADRE, ESTÁS EN MÍ Y YO EN TI, QUE TAMBIÉN ELLOS SEAN UNO EN NOSOTROS, PARA QUE EL MUNDO CREA QUE TÚ ME ENVIASTE" (Jn 17,21)
Mientras nos sigamos peleando entre nosotros, desvirtuándonos unos a otros...Impedimos que los hombres crean en Jesús. 

7 comentarios:

  1. "QUE TODOS SEAN UNO, COMO TÚ PADRE, ESTÁS EN MÍ Y YO EN TÍ, QUE TAMBIÉN ELLOS SEAN UNO EN NOSOTROS, PARA QUE EL MUNDO CREA QUE TU ME ENVIASTE" (Jn 17,21)

    Es una de las cosas más bonitas que he leído en estos días. Gracias Joan.

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  2. Para mí fue una revelación -la primera vez - que ví hacer misa a una mujer párroco en la iglesia luterana de mi barrio. Se me abrió otro mundo... y desde esa vez me dí cuenta que los pilares de la iglesia católica también deberían ser mujeres y hombres por igual.
    Te dejo un fuerte abrazo.

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  3. Estaría bien que el octavario sirviera de verdad para algo, pero mientras se siga pensando que lo nuestro es lo único bueno, lo único verdadero y en el único sitio dónde hay salvación.... me parece que no lo tenemos muy fácil
    Me quedo con la cita de Juan, que, como dice Hari, es preciosa y da para meditar bastante sobre este tema

    Un abrazo

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  4. Tiene razón Joan en cuanto a que el ecumenismo verdadero no es fácil ni directo. Lo fácil sería decir que todo es equivalente y a partir de ese punto dejar que cada cual busque por si mismo.

    Esta solución ya la han probado los hermanos evangélicos y no creo que nadie vea en ellas frutos de unidad... más bien todo lo contrario.

    La otra solución fácil es meternos todos en el mismo saco, ... todos católicos, todos ortodoxos, todos luteranos,... etc. Esta solución no es más que una quimera, ya que cada eclesialidad se desarrolla a partir de tradiciones diferentes.

    Para mi la solución no es nada descomunal ni grandiosa. Nada que haga templar los cimientos de nada... Se trata simplemente de reconocernos como hermanos cristianos. Cada cual con sus particularidades y tradiciones.

    Aceptar que cada tradición tenga sus bases diferenciadas y trabajar juntos sin excluirnos, sería entender qué es amarnos desinteresadamente.

    Ante las propuestas de unificación en base a rupturas dentro de cada una de las tradiciones... lo que me pregunto es qué necesidad tenemos de cambiarnos los unos a los otros para amarnos y reconocernos hermanos.

    Todavía nos queda un largo camino... me temo.

    Un abrazo fraterno :)

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  5. Y mira que doy vueltas a la sencilez de las "cosas",a la visión abierta y limpia de los seres humanos y no acabo de entender tal disputa.
    YO siento que es fácil mirando desde la UNIVERSALIDAD:"Todos los caminos llevan al Creador","Unos junto/hacia los otros".Es tan imposible entender esto?
    Soy crsitiana y eso me da la oportunidad (afortunadamante) de aceptar a los ateos,a otras religiones (mientas no se llamen sectas).....Porqué somos tan soberbios?
    Si leemos literalmente y fuera de contexto los Evangelios,su interpretación puede dar lugar a muchos errores.
    Besucos ecuménicos


    al

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  6. ¿Qué fue primero la Iglesia o los evangelios? Si supieramos cómo los primeros discípulos de Jesús entendieron la Palabra,quizá no importaría tanto la tan pretendida unidad...el Espíritu Santo sopla donde quiere y como quiere...luego viene la interpretación,pero en un principio la Palabra se transmite oralmente y con libertad,según la fuerza del Espíritu.
    Quizá no deberíamos racionalizar tanto la fe.
    Paz vobis.

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  7. Joan , yo confieso una manía: En estos temas , tomo forma de nube y me alejo ..... desde arriba , se ve tan pequeño al hombre , que resulta ridiculo en sus discusiones. Imagino una peli, pasada a más revoluciones.
    Un beso, de ser humano a ser humano.

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