martes, 30 de octubre de 2012

EL ANACORETA Y LA SANTIDAD


El joven seguidor dejó un libro en la estantería y exclamó:
- ¡Cada vez que leo la vida de un santo, veo más difícil la santidad!
Rió con ganas el Anacoreta y dijo:
- Hemos hecho de la santidad algo tan extraordinario, que ya no la deseamos por inalcanzable. ¿Por qué nos presentan esos santos que ya de pequeños eran perfectos?
Miró sonriendo a su seguidor y prosiguió:
- Jesús declara santos, bienaventurados, a los pobres, a los que lloran , a los perseguidos...Santo es el débil, el sencillo. Aquél que transparenta la presencia de Dios. La santidad se encuentra en la vida cotidiana. Santo es aquél que se reconoce pecador e intenta vivir en la Presencia de Dios a lo largo de su vida. Santo es el que intenta amar a todos, porque reconoce a Dios en todos... Santo es el que sabe levantarse cada vez que cae. La santidad es anónima y no alardea. Tenemos santos junto a nosotros, pero no sabemos verlos...

1 comentario:

  1. Pues S. Agustín no fué tan santo de joven(sonrisa).
    Esa santidad que anuncias es salud para el alma ,es paz con los demás y uno mismo.Y sabes?creo que sí sabemos verlos,porque son demasiados los que nos tropezamos por el camino.
    Saludos

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