lunes, 8 de julio de 2013

A PROPÓSITO DE LA DEMOCRACIA


En algunos medios empieza a cuestionarse la democracia. Lo que está sucediendo en Egipto plantea dudas en muchas personas. Un gobierno elegido democráticamente, destituido por el ejército, parece encontrar el beneplácito de la comunidad democrática internacional. De hecho ya ocurrió lo mismo en Argelia, cuando tras la victoria del FIS en las urnas, el ejército, en nombre de la democracia lo destituyó.
Actualmente consideramos que la democracia es la mejor forma de gobierno. Asociamos democracia a el gobierno por pueblo. La democracia es tan antigua como la cultura griega. Pero, para Aristóteles, la mejor forma de gobierno no era la democracia, sino la aristocracia. Es decir, el gobierno de los mejores. Desgraciadamente, la aristocracia se asocia, o tiene el peligro de caer en la dictadura.
Pero volvamos a la democracia. Ciertamente, el buscar que el poder esté manos del pueblo, represente la voluntad del pueblo, es una manera justa de hacer política. En teoría es la forma de escuchar a todos, de gobernar buscando el bien común.
Pero, ¿es democracia todo lo que denominamos con esta palabra? A la frase de Mandela: " Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cácara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan un Parlamento", le añadiría alguna cosa más. Ciertamente hemos reducido la democracia a depositar nuestro voto cada cuatro años y poca cosa más. ¿Es este el poder del pueblo?¿Nombrar cada cuatro años a unas personas, que luego, en nuestro nombre, harán y desharán y quizá se enriquecerán?
Nuestra democracia está enferma, porque se ha quedado a mitad de camino. Cuando la democracia se reduce al voto en las urnas, nos puede suceder como en Argelia, que el FIS utilice la credulidad de las masas, para obtener un poder democrático y luego eliminar todas las libertades estableciendo un estado islámico. Algo semejante a lo ocurrido con los Hermanos Musulmanes en Egipto. O como en nuestros países, que la corrupción se instale en la política y sea una forma de enriquecerse. Si la democracia permite que nosotros mismos nos atemos las cadenas, es que algo no funciona. 
Para que la democracia sea verdadera, para que el pueblo pueda decidir, primeramente, ha de estar bien informado. Mientras la prensa y los diferentes medios no sean independientes y dependan de los poderes fácticos y políticos, el pueblo no estará informado, sino, simplemente, manipulado.
Por otro lado, mientras el político sea alguien muy bien pagado y encerrado en su despacho, es imposible que represente al pueblo. El político ha de ser alguien cercano, que hable, que escuche, que explique a la gente los problemas. Las asociaciones, los grupos sociales, han de tener voz y han de ser escuchados por los políticos. Pero me temo que, mientras reduzcamos la democracia a votar cada cuatro años a unas personas que están en una lista y a las que no conocemos y con las que no podemos hablar; mientras reduzcamos la democracia a votar por unas siglas que tienen un programa que no conocemos en profundidad y que incumplirán con mil excusas al día siguiente de ganar las elecciones...,nuestra democracia será simplemente una palabra de la que viven unos cuentos para llenar sus bolsillos a costa de los demás. 
Va siendo hora de que reclamemos todos una auténtica democracia.   

1 comentario:

  1. Joan Josep,como tu a dicho. solo es el nombre si los ciudadanos participan cda cuatro años, porque no les dejan participar mas.
    En primer lugar: los dirigentes deven de ser democráticos, no solo de nombre,y que en medio de los dirigentes:y los dirigidos no debe de intervenir ningún partido político , pue estos son las dictaduras.Una abraçada

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