viernes, 19 de julio de 2013

EL ANACORETA Y LA CELEBRACIÓN


El Anacoreta y su joven seguidores asistieron con un grupo de amigos a la despedida de uno de ellos, que por motivos de trabajo, cambiaba de población. Cuando volvían a casa el anciano dijo:
- Es curioso que en una sociedad tan lúdica en la que vivimos, se hacen macrofiestas, se sale los viernes y los sábados por la noche, pero...no damos importancia a las celebraciones íntimas. Y precisamente en esta época de crisis es más necesario que nunca celebrar los momentos gratos que recordamos de nuestra vida. Es importante recordar que hubo tiempos buenos que pueden volver y sentirnos acompañados de nuestros familiares o nuestros amigos. No sentirnos solos.
Guardó silencio mientras atravesaba una calle muy transitada y luego continuó:
- Jesús quiso despedirse de los suyos y adentrarse en la Pasión con una celebración. Porque la Última Cena fue una celebración y no necesariamente triste. ¿Acaso no habló Jesús en ella del amor? Los cristianos tenemos una Celebración, así llamamos a la Misa. ¿Somos conscientes de ello? Creo que no. Sí hay comunidades de base, grupos juveniles, monasterios en que realmente viven la Misa como una celebración...Pero por desgracia demasiadas veces no es más que un acto rutinario, triste y aburrido.
Y ya abriendo la puerta de la casa, concluyó:
- Cierto que no hemos de confundir celebración con júbilo. Celebración es darle un sentido a nuestras reuniones. Cuando nos reunimos sabiendo por qué lo hacemos, esto nos une y nos compromete. Nos hace sentirnos hermanos y salimos con más fuerzas para enfrentarnos a la vida. Sí. Hemos de recuperar las celebraciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario