jueves, 5 de diciembre de 2013

ABRID LAS PUERTAS


Isaías nos dice hoy: "Abrid las puertas para que entre el pueblo justo que ha sido fiel". Jesús en el evangelio nos indica que entrar o no entrar no depende de palabras bonitas, sino de actos realizados con seriedad: la casa construida sobre roca.
Las paredes sirven para protegernos, pero, a veces, lo que hacen es aislarnos del otro, encerrarnos en una torre de marfil. Nuestras puertas han de estar siempre abiertas a las necesidades de los otros. Las palabras no sirven para nada, si no van acompañadas de hechos. 
Adviento es tiempo de abrir puertas y ventanas, de quitar telarañas y prepararnos a recibir a un Dios que se nos acerca en el que sufre, en el que llora, en el hambriento, en el desnudo...

2 comentarios:

  1. El abrir puertas no solamente es un acto "físico", sino que al hacerlo nos comprometernos a dejar entrar a quienes pasen por delante y sientan la necesidad de descansar un ratito, sentarse, hablar, compartir, descargar sus preocupaciones... y eso lleva consigo una actitud de escucha, de cercanía, de acogimiento, de compartir...
    ¿No será que a veces no abro la puerta por comodidad y para evitar esos compromisos?

    Un abrazo

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  2. Si es verdad, podemos evitar compromisos; pero a veces estamos saturados, y no damos habasto, pero esto no creo que sea excusa

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