martes, 10 de diciembre de 2013

BUSCAR AL HERMANO


El evangelio de hoy, el del pastor que deja en el monte a las 99 ovejas para ir en busca de la perdida, nos invita a no despreciar a nadie. El pequeño, el despreciado, el insignificante...el extraviado, es tan importante como el sabio, el alabado...el fiel. De hecho Isaías ya nos ha dicho en la primera lectura que "se eleven los valles, y los montes y colinas se abajen". La forma de construir un camino al Señor, es haciéndonos iguales. Nadie tiene derecho a considerarse el "bueno" y mirar con desprecio a los "malos". Si algo nos pide Jesús, y nos lo recuerda el Papa Francisco, es que debemos ir en busca de los extraviados, marchar a la periferia. Quizá nos llevemos alguna sorpresa y descubramos, que están más cerca de Jesús que nosotros.

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