lunes, 2 de junio de 2014

TESTIGOS DE LA FE


El Evangelio de ayer nos invitaba a ser testigos de la Fe. Esto no se consigue con palabras, ceremonias, jornadas multitudinarias, discursos, escritos...
Primero hemos de aprender a recibir  de los hombres antes de pretender darles nada. Nos debemos sumergir en el barro de la vida, impregnarnos del dolor y del sufrimiento que reina en el mundo. Sólo después de esto podremos hablar de Fe. Es colocándonos codo a codo con la gente sencilla, que viven en medio de la dureza de la vida, y no estando junto a los privilegiados, que aprenderemos lo que la Iglesia, adulterada a través de los años, no nos enseña. Sólo así nuestra Fe llegará a ser auténtica, la Fe de Jesús, y entonces podremos ser testigos auténticos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario