viernes, 24 de octubre de 2014

PARÁBOLA (42)


Se me mostraron dos perros. Uno era tan salvaje que siempre debía permanecer encerrado. El otro estaba tan domesticado, que no se movía nunca de su rincón. Y escuché estas palabras:
- Domestica lo que ha crecido demasiado salvaje en ti  y libera lo que está demasiado domesticado. Esto te hará crecer como persona.

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