sábado, 6 de febrero de 2016

LA HUMANIDAD DE JESÚS


"Después de esto, los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Jesús les dijo:
– Venid, vosotros solos, a descansar un poco a un lugar apartado.
Porque iba y venía tanta gente que ellos ni siquiera tenían tiempo para comer. Así que Jesús y sus apóstoles se fueron en una barca a un lugar apartado. Pero muchos los vieron ir y los reconocieron; entonces, de todos los pueblos, corrieron allá y se les adelantaron. Al bajar Jesús de la barca vio la multitud, y sintió compasión de ellos porque estaban como ovejas que no tienen pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas."

Los discípulos regresan de sus correrías apostólicas. Jesús se da cuenta y los invita a retirarse para descansar. Pero la gente se da cuenta y, por tierra, se les adelantan al lugar donde se dirigen con barca. Se nos presenta un Jesús humano. Un Jesús que se compadece de sus discípulos y un Jesús que se compadece de la gente. La espiritualidad de Jesús, no es una espiritualidad dura, inhumana, sino una espiritualidad humana, de misericordia. Por eso atraía a tanta gente. Todos se sentían acogidos por Él. 
Si nosotros queremos transmitir su Palabra, debemos hacerlo con humanidad. Comprendiendo, no imponiendo. Acogiendo a todo el mundo sin hacer distinciones. La semana próxima empezamos la Cuaresma. Este año el Papa Francisco lo declaró año de la Misericordia. Vivir la Cuaresma esforzándonos en ser misericordiosos, será una buena forma de vivirla. Sobre esto insistiremos otro día.

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