sábado, 29 de octubre de 2016

EL TRIUNFO DE LOS PEQUEÑOS


 "Sucedió que un sábado fue Jesús a comer a casa de un jefe fariseo, y otros fariseos le estaban espiando.
Al ver Jesús que los invitados escogían los asientos de honor en la mesa, les dio este consejo:
– Cuando alguien te invite a una fiesta de bodas, no te sientes en el lugar principal, no sea que llegue otro invitado más importante que tú, y el que os invitó a los dos venga a decirte: ‘Deja tu sitio a este otro.’ Entonces tendrás que ir con vergüenza a ocupar el último asiento. Al contrario, cuando te inviten, siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te invitó te diga: ‘Amigo, pásate a este sitio de más categoría.’ Así quedarás muy bien delante de los que están sentados contigo a la mesa. Porque el que a sí mismo se engrandece será humillado, y el que se humilla será engrandecido."

Al leer este evangelio, podemos cometer el error de interpretarlo como una norma de educación. O lo que es peor, utlizarlo haciéndonos pasar por humildes para que nos alaben y nos hagan subir más alto. Esto es pura hipocresía.
Jesús nos dice que para Él los importantes son los pequeños. Aquellos que la sociedad ignora, ningunea y desprecia, son los que serán los primeros en el Reino. A nosotros nos corresponde dónde nos colocamos. ¿Buscamos la grandeza? Pues aquellos que no cuentan para nadie, pasarán delante nuestro.

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