sábado, 24 de diciembre de 2016

LUZ DEL MUNDO


"Zacarías, el padre del niño, lleno del Espíritu Santo y hablando en profecía, dijo:
¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha venido a rescatar a su pueblo!
Nos ha enviado un poderoso salvador,
un descendiente de David, su siervo.
Esto es lo que había prometido en el pasado
por medio de sus santos profetas:
que nos salvaría de nuestros enemigos
y de todos los que nos odian,
que tendría compasión de nuestros antepasados
y que no se olvidaría de su santo pacto.
Y este es el juramento que había hecho
a nuestro padre Abraham:
que nos libraría de nuestros enemigos,
para servirle sin temor
con santidad y justicia,
y estar en su presencia
todos los días de nuestra vida.
En cuanto a ti, hijito mío,
serás llamado profeta del Dios altísimo,
porque irás delante del Señor
preparando sus caminos,
para hacer saber a su pueblo
que Dios les perdona sus pecados
y les da la salvación.
Porque nuestro Dios, en su gran misericordia,
nos trae de lo alto el sol de un nuevo día,
para iluminar a los que viven
en la más profunda oscuridad,
para dirigir nuestros pasos
por un camino de paz."

El Benedictus nos señala el paso del Antiguo Testamento al Nuevo. Zacarías bendice a Dios porque se cumple todo lo que había prometido en el pasado. 
Todo se cumple en Jesús. Y Juan, su hijo, será quien va a anunciar y a preparar el camino para la llegada de Jesús, ese sol, esa luz, que nos viene de lo alto. Juan será el último profeta del Antiguo Testamento. Con Jesús llega la Vida nueva.
El Evangelio de la Misa de Medianoche (del gallo), os lo dejo comentado por las Hermanas benedictinas del Monestir de Sant Benet de Montserrat.

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