martes, 13 de diciembre de 2016

OBRAS SON AMORES...


"Jesús les preguntó:
– ¿Qué os parece esto? Un hombre que tenía dos hijos le dijo a uno de ellos: ‘Hijo, ve hoy a trabajar a la viña.’ El hijo le contestó: ‘¡No quiero ir!’, pero después cambió de parecer y fue. Luego el padre se dirigió al otro y le dijo lo mismo. Este contestó: ‘Sí, señor, yo iré’, pero no fue. ¿Cuál de los dos hizo lo que el padre quería?
– El primero – contestaron ellos.
Entonces Jesús les dijo:
– Os aseguro que los que cobran los impuestos para Roma, y las prostitutas, entrarán antes que vosotros en el reino de Dios. Porque Juan el Bautista vino a mostraros el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los cobradores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron. Vosotros, aun después de ver todo eso, no cambiasteis de actitud ni le creísteis."

Queda claro, que lo importante no es lo que decimos, si no lo que hacemos. Ante las noticias de injusticias, de desigualdades y desgracias, hacemos enseguida muchos comentarios. Pero nos quedamos en eso, en comentarios. Nuestra vida no cambia. No se trata de "decir" sí, sino de "hacer" lo que hemos afirmado. Que lo que sale de nuestros labios, salga de nuestro corazón.
Prostitutas y corruptos nos precederán en el Reino, no por ser prostitutas o estafadores, sino por creer, por convertirse. Este es el camino del Adviento: el de la conversión. Todos estamos llamados a abandonar las palabras y cambiarlas por acciones. 

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