miércoles, 31 de mayo de 2017

MAGNIFICAT


 "Por aquellos días, María se dirigió de prisa a un pueblo de la región montañosa de Judea, y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura se movió en su vientre, y ella quedó llena del Espíritu Santo. Entonces, con voz muy fuerte, dijo Isabel:
– ¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y ha bendecido a tu hijo! ¿Quién soy yo para que venga a visitarme la madre de mi Señor? Tan pronto como he oído tu saludo, mi hijo se ha movido de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú por haber creído que han de cumplirse las cosas que el Señor te ha dicho!
María dijo:
- Mi alma alaba la grandeza del Señor.
Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador,
porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava,
y desde ahora me llamarán dichosa;
porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas.
¡Santo es su nombre!
Dios tiene siempre misericordia
de quienes le honran.
Actuó con todo su poder:
deshizo los planes de los orgullosos,
derribó a los reyes de sus tronos
y puso en alto a los humildes.
Llenó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías.
Ayudó al pueblo de Israel, su siervo,
y no se olvidó de tratarlo con misericordia.
Así lo había prometido a nuestros antepasados,
a Abraham y a sus futuros descendientes.
María se quedó con Isabel unos tres meses, y después regresó a su casa."

Hoy es la festividad de la Visitación de María a su prima Isabel.
Vemos a María que se dirige a casa de Isabel al conocer su embarazo. Ella quiere ayudar. Isabel la recibe con alabanzas, con gran alegría. María responde con el Magníficat. Unas palabras que son el preludio de las Bienaventuranzas. Un canto a la humildad y a la sencillez. Una declaración de los caminos de Dios, que siempre está al lado del pobre, del perseguido, del humilde...La imagen de un Dios misericordioso que ama la sencillez y la humildad. Por eso dice Maria que se ha fijado en ella.

martes, 30 de mayo de 2017

NOS HA MOSTRADO AL PADRE


"Habiendo dicho estas cosas, Jesús miró al cielo y dijo: “Padre, la hora ha llegado. Glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti. Pues tú has dado a tu Hijo autoridad sobre todos los hombres, para que dé vida eterna a los que le confiaste. Y la vida eterna consiste en que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste.
Yo te he glorificado aquí en el mundo, pues he terminado lo que me encargaste que hiciera. Ahora pues, Padre, dame en tu presencia la misma gloria que yo tenía contigo desde antes que existiera el mundo.
A los que del mundo escogiste para confiármelos, les he hecho saber quién eres. Eran tuyos, y tú me los confiaste y han hecho caso a tu palabra.  Ahora saben que todo lo que me confiaste viene de ti, pues les he dado el mensaje que me diste y lo han aceptado. Han comprendido que en verdad he venido de ti, y han creído que tú me enviaste.
Te ruego por ellos. No ruego por los que son del mundo, sino por los que me confiaste, porque son tuyos. Todo lo mío es tuyo y lo tuyo es mío; y mi gloria se hace visible en ellos.
Yo no voy a seguir en el mundo, pero ellos sí van a seguir en el mundo, mientras que yo voy para estar contigo.

Empezamos a leer hoy la oración que Jesús hace en la Última Cena, ants de su muerte. La llamamos "oración sacerdotal".
En esta primera parte queda clara la identidad entre el Padre y el Hijo. Jesús pide la gloria. Ha cumplido su misión. Nos ha mostrado a todos quién es el Padre. Estamos convencidos de que Él viene del Padre. Pero, ¿de verdad esto cambia algo en nuestras vidas?¿Llevamos a la práctica lo que Él nos dijo? Deberíamos seguirle con paz y convencimiento, pero muchas veces cedemos ante las primeras dificultades. Sin embargo, Jesús rogó por nosotros. ¿Queremos mayor seguridad en nuestro camino? 



lunes, 29 de mayo de 2017

EL VENCEDOR


"Entonces dijeron sus discípulos:
– Ahora  estás  hablando con claridad, sin usar comparaciones. Ahora vemos que sabes todas las cosas y que no es necesario que nadie te haga preguntas. Por esto creemos que has venido de Dios.
Jesús les contestó:
– Así que ahora creéis? Pues llega la hora, y ya es ahora mismo, cuando os dispersaréis cada uno por su lado, y me dejaréis solo. Aunque no estoy solo, puesto que el Padre está conmigo. Os digo todo esto para que encontréis paz en vuestra unión conmigo. En el mundo habréis de sufrir, pero tened valor, yo he vencido al mundo."

Cuando Jesús les dice a los discípulos que Él viene del Padre y vuelve al Padre, creen saberlo todo. Pero su fe va a ser puesta a prueba y el resultado será decepcionante. A partir del Huerto de Getsemaní lo abandonarán y lo dejarán solo ante el sufrimiento y la muerte.
A nosotros nos ocurre lo mismo. Ante las dificultades y lo problemas por el hecho de creer, nos retiramos. El miedo nos paraliza y actuamos como si no fuéramos sus discípulos. Jesús, ante las dificultades que tendremos en la vida, nos anima a no desfallecer. Él vence al mundo Y recordemos que en el evangelio de Juan, mundo es sinónimo de mal. Nosotros, con Jesús, también venceremos el mal.

domingo, 28 de mayo de 2017

ID POR TODO EL MUNDO


"Así pues, los once discípulos fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al ver a Jesús, le adoraron, aunque algunos dudaban. Jesús se acercó a ellos y les dijo:
– Dios me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced mis discípulos a todos los habitantes del mundo; bautizadlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y enseñadles a cumplir todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo."

El evangelio de hoy debemos completarlo con la primera lectura de los Hechos de los Apóstoles. Allí Lucas nos narra la Ascensión de una forma gráfica. Mateo se ciñe más a su significado estricto. Jesús nos encomienda una misión y nos promete que no nos abandonará nunca. La misión es la de hacer discípulos. La de llevar a todo el mundo hacia Dios. Y eso se hace cumpliendo los mandatos que Jesús nos dio: amar a Dios y amar al prójimo.
Lucas, para que no nos quedemos en lo anecdótico, nos presenta a los ángeles diciendo a los discípulos: ¿Qué hacéis mirando al cielo? Por desgracia, muchas veces hemos considerado la religión como un seguir mirando al cielo. Y es a nuestro alrededor hacia donde debemos mirar. Seguir a Jesús no nos puede separar de la realidad. Seguir a Jesús, es cumplir su mandato de hacer del Reino una realidad, ya en este mundo. Ese Reino que lo es del amor. Un reino en el que todos seamos hermanos. Un Reino sin guerras ni diferencias. Un reino de justicia.
Ser cristiano es moverse en favor de los demás. Ser cristiano, es saber que, a pesar de las dificultades, Jesús siempre estará junto a nosotros. Él nunca nos abandonará. Si de verdad le seguimos, somos uno con Él. 

sábado, 27 de mayo de 2017

UN PADRE QUE NOS AMA


"Os aseguro que el Padre os dará todo lo que le pidáis en mi nombre. Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre: pedid y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa.
Os he dicho estas cosas por medio de comparaciones, pero viene la hora en que ya no usaré comparaciones, sino que os hablaré claramente acerca del Padre. Aquel día le pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré por vosotros al Padre, porque el Padre mismo os ama. Os ama porque vosotros me amáis a mí y habéis creído que he venido de Dios. Salí del Padre para venir a este mundo, y ahora dejo el mundo para volver al Padre."

Jesús nos dice sencillamente que Dios nos ama. Nos invita a pedir para recibir. Jesús es el amor del Padre que llega hasta nosotros. Es gracias a Jesús que podemos conocer al Padre, porque Él nos lo revela. Y es amando a Jesús que amamos a Dios.
Pero, sobre todo, no olvidemos que Jesús está en el pobre, el hambriento, el sediento, el enfermo, el perseguido...Es amando a estas personas que amamos a Dios. Esta debe ser nuestra forma de responder al amor que Él nos tiene.

viernes, 26 de mayo de 2017

NADIE OS LA QUITARÁ


"Os aseguro que vosotros lloraréis y estaréis tristes, mientras que la gente del mundo se alegrará. Sin embargo, aunque estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en alegría. Cuando una mujer va a dar a luz, se angustia, porque le ha llegado la hora; pero cuando ya ha nacido la criatura, la madre se olvida del dolor a causa de la alegría de que un niño haya venido al mundo. Así también, vosotros os angustiáis ahora, pero yo volveré a veros y entonces vuestro corazón se llenará de alegría, de una alegría que nadie os podrá quitar.
Aquel día ya no me preguntaréis nada."

Leemos la continuación del texto de ayer. Jesús nos dice hoy que nuestra alegría nadie podrá quitárnosla.
La vida está formada por momentos de luz y momentos de oscuridad. A veces, la oscuridad es tan intensa, que nos puede parecer que es lo único que existe en la vida. Pero la oscuridad, la ausencia, es una de las formas que tiene Dios de manifestarse. ¿Dónde está tu Dios? Nos preguntarán muchas veces. El día que comprendamos, que Dios está en esa ausencia, nuestra alegría será inmensa y nadie nos la podrá arrebatar. Los místicos encontraron a Dios en la noche oscura.


jueves, 25 de mayo de 2017

DIA DE ÁFRICA: PADRENUESTRO EN SWAHILI



Aquí os dejo esta preciosa versión del Padrenuestro en lengua Swuahili.

Baba yetu uliye (Padre nuestro)
mbinguni yetu, yetu (en el cielo, nuestro, nuestro)
Amina! baba yetu, yetu, uliye (Amen! Padre nuestro)
Jina lako milele litukuzwe (Bendito es tu nombre para siempre)
Utupe leo chakula chetu (Danos hoy nuestra comida)
Tunachohitaji (La necesitamos)
Utusamehe makosa yetu, hey! (Perdona nuestros errores)
kama nasi tunavyowasamehe waliotukosea (Así como nosotros perdonamos a los que nos hicieron daño)
Usitututie katika majaribu lakini (No nos dejes caer en la tentación pero)
Utuokoe na yule milele na yule (Líbranos del mal para siempre)
Ufalme wako ufike (Que tu reino llegue)
utakalo lifanyike duniani kama mbinguni (Así en la tierra como en el cielo)
Amina! (Amen!)

LA VERDADERA ALEGRÍA


Dentro de poco ya no me veréis, pero un poco más tarde volveréis a verme.
Algunos de los discípulos de Jesús se preguntaban unos a otros:
– ¿Qué quiere decir con eso? Nos dice que dentro de poco no le veremos, y que un poco más tarde le volveremos a ver, y que es porque va al Padre. ¿Qué significa ‘dentro de poco’? No entendemos de qué está hablando.
Jesús, dándose cuenta de que querían hacerle preguntas, les dijo:
– Os he dicho que dentro de poco no me veréis, y que un poco más tarde me volveréis a ver: ¿es eso lo que os estáis preguntando? Os aseguro que vosotros lloraréis y estaréis tristes, mientras que la gente del mundo se alegrará. Sin embargo, aunque estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en alegría."

Los discípulos se entristecen cuando Jesús les anuncia que va a partir, aunque les dice que esta ausencia será momentánea. No lo entiende. Jesús está anunciando su muerte y su resurrección.
Jesús nos dice, que aunque a veces parezca ausente de nuestras vidas, Él siempre vuelve. Y, entonces, nuestra alegría es inmensa. Esta es la esperanza que debe animar nuestra vida. Porque la verdadera alegría es sentirlo junto a nosotros. Saber que seguimos sus pasos. Es más, una religión sin alegría es sospechosa. La verdadera alegría es la de sentirnos unidos a Dios.

miércoles, 24 de mayo de 2017

EL PAPEL DEL ESPÍRITU


"Tengo mucho más que deciros, pero en este momento sería demasiado para vosotros. Cuando venga el Espíritu de la verdad, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá todo lo que oye y os hará saber las cosas que van a suceder. Él me honrará, porque recibirá de lo que es mío y os lo dará a conocer. Todo lo que tiene el Padre, también es mío; por eso os he dicho que el Espíritu recibirá de lo que es mío y os lo dará a conocer."

Jesús nos dice que Él no lo ha dicho todo, y que será el Espíritu el que completará todo lo que debemos saber.
El camino es claro. El Hijo nos revela al Padre y hoy es el Espíritu el que completa esta revelación.
Porque el Espíritu sigue hablando y nosotros debemos esforzarnos por escucharle. Se trata de ver más allá de lo que sucede, de los acontecimientos. Y también en nuestro interior. La revelación es progresiva; por eso debemos estar atentos a la voz del espíritu. 



martes, 23 de mayo de 2017

EL ESPÍRITU DE VERDAD


"Pero ahora me voy para estar con el que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta a dónde voy; al contrario, os habéis puesto muy tristes porque os he dicho estas cosas. Pero os digo la verdad: es mejor para vosotros que me vaya. Porque si no me voy, el defensor no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. Cuando él venga, mostrará claramente a la gente del mundo dónde está la culpa, dónde la inocencia y dónde el juicio. La culpa la mostrará en ellos, porque no creen en mí; la inocencia, en mí, porque voy al Padre y ya no me veréis; y el juicio, en el que manda en este mundo, porque ya ha sido condenado."

Como os habréis dado cuenta, los textos de estos días son muy recurrentes. Todos se basan en el evangelio de Juan, en la despedida en la Última Cena. El domingo próximo será la Ascensión y el siguiente Pentecostés. Estos textos nos sirven para reflexionar sobre la partida de Jesús, que vuelve al Padre tras cumplir su misión y la venida del Espíritu sobre nosotros.
Seguir al Espíritu es descubrir la verdad. Descubrir que se trata de buscar y seguir a Jesús que nos muestra el camino hacia el Padre. El Espíritu nos ayuda a discernir, a descubrir dónde está el bien y dónde el mal.

lunes, 22 de mayo de 2017

SER SUS TESTIGOS


"Pero cuando venga el defensor, el Espíritu de la verdad, que yo enviaré de parte del Padre, él será mi testigo. Y también vosotros seréis mis testigos, porque habéis estado conmigo desde el principio.
Os digo estas cosas para que no perdáis vuestra fe en mí.  Os expulsarán de las sinagogas, e incluso llegará el momento en que cualquiera que os mate creerá que le está prestando un servicio a Dios. Eso lo harán porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. Os digo esto para que, cuando llegue el momento, os acordéis de que ya os lo había dicho."

Dejarse guiar por el Espíritu es reconocer a Jesús, es decir, hacer las obras que hizo Jesús. Y seguir de veras a Jesús, comporta pasar mil y un problemas. Supone la incomprensión. No sólo por parte de los que no creen, sino de aquellos que se creen la voz de Dios y que llegan a matar en su nombre.
No podemos decir que Jesús no nos lo advirtió. Pero sí tenemos la seguridad de que el Espíritu está con nosotros y Él hará que seamos sus testigos. Que también nosotros mostremos con nuestra vida, el camino hacia el Padre, que es el camino de Jesús.

domingo, 21 de mayo de 2017

NO NOS ABANDONA


"Si me amáis, obedeceréis mis mandamientos.  Y yo pediré al Padre que os envíe otro defensor, el Espíritu de la verdad, para que esté siempre con vosotros. Los que son del mundo no lo pueden recibir, porque no lo ven ni lo conocen; pero vosotros lo conocéis, porque él está con vosotros y permanecerá siempre en vosotros.
No voy a dejaros abandonados: volveré para estar con vosotros.  Dentro de poco, los que son del mundo ya no me verán; pero vosotros me veréis, y viviréis porque yo vivo. En aquel día os daréis cuenta de que yo estoy en mi Padre, y que vosotros estáis en mí y yo en vosotros. El que recibe mis mandamientos y los obedece, demuestra que me ama. Y mi Padre amará al que me ama, y yo también le amaré y me mostraré a él."

Jesús vuelve a recordarnos, que la prueba de nuestro amor hacia Él, es el cumplimiento de sus mandamientos. En Juan, los mandamientos de Jesús se reducen a uno sólo: amar a Dios y al prójimo. Es el mandamiento del amor.
Esto es fácil de decir, pero no lo es de cumplir. Por eso Jesús no nos abandona. El Padre nos envía un "defensor", alguien que nos ayudará en nuestra lucha de cada día: el Espíritu de verdad.
El Espíritu está ahí pero, ¿sabemos verlo? ¿sabemos leer lo que nos dice con los signos de los tiempos? ¿sabemos escucharlo en los demás? ¿sabemos escuchar su voz en nuestro interior?
Faltan dos semanas para la celebración de Pentecostés. Deberíamos dedicar estos días a intentar descubrir la presencia del Espíritu junto a nosotros, en los acontecimientos y en nuestro interior. Vivir con la conciencia de la presencia del Espíritu, nos hará vivir con más plenitud.

sábado, 20 de mayo de 2017

NO SOMOS MÁS QUE ÉL


"Si el mundo os odia, sabed que a mí me odió primero. Si fuerais del mundo, la gente del mundo os amaría como ama a los suyos. Pero yo os escogí de entre los que son del mundo, y por eso el mundo os odia, porque ya no sois del mundo. Acordaos de lo que os dije: ‘Ningún sirviente es más que su amo.’ Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; y si han hecho caso a mi palabra, también harán caso a la vuestra. Todo esto van a haceros por mi causa, porque no conocen al que me envió."

Ayer Jesús nos hablaba de amar a todo el mundo. Hoy nos dice, que este amor no siempre será correspondido. Incluso es posible que nos odien. ¿Quién es el mundo al que se refiere Jesús? El mundo es el dinero y todos aquellos que sólo viven para él. El mundo son los violentos. El mundo lo forman los egoístas que sólo piensan en su provecho y son injustos con los demás. El mundo son aquellos que miran hacia otro lado cuando ven el sufrimiento ajeno. Y lo más triste es, que forman parte del mundo personas que quizá frecuentan los templos y dicen rezar cada día. A Jesús lo persiguieron los sacerdotes, los fariseos, los doctores de la ley. Si nosotros seguimos el camino del amor que nos marcaba Jesús ayer, no es extraño que también seamos perseguidos. No somos más que Él. 

viernes, 19 de mayo de 2017

UNA MISIÓN : AMAR


 "Mi mandamiento es este: Que os améis unos a otros como yo os he amado. No hay amor más grande que el que a uno le lleva a dar la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho. Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os he escogido a vosotros y os he encargado que vayáis y deis mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre os dará todo lo que le pidáis en mi nombre. Esto es, pues, lo que os mando: Que os améis unos a otros."

Ayer Jesús nos pedía que cumpliéramos sus mandamientos. Hoy nos especifica cuál es su mandamiento: amarnos los unos a los otros. Y no de cualquier forma, sino como Él nos ha amado. Es decir, dando la vida por los demás.
Más que un mandamiento, lo que Jesús nos da, es una misión. Él nos ha escogido para que llevemos ese fruto del amor por toda la tierra. Para ello contamos con la ayuda del Padre, que no nos dejará solos.
Esta es nuestra misión: amar y hacer que ese amor reine en toda la tierra.



jueves, 18 de mayo de 2017

ALEGRÍA COMPLETA


"Yo os amo como el Padre me ama a mí; permaneced, pues, en el amor que os tengo. Si obedecéis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os hablo así para que os alegréis conmigo y vuestra alegría sea completa."

Jesús nos habla hoy del amor. Esta es, posiblemente, una de las palabras más empleadas en nuestra sociedad. Pero, ¿nos referimos todos a lo mismo?¿qué es lo que nosotros consideramos amor?
El amor de Jesús es el amor del Padre a Él y a nosotros. Un amor que es entrega, donación, libertad.
Y Jesús nos pide que "permanezcamos" en este amor. Nos pide que vivamos inmersos en el amor. Que obedezcamos sus mandamientos: amar a Dios y al prójimo como a nosotros mismos.
Si de verdad amamos como Él nos dice, nuestra alegría será completa. La verdadera alegría. Una alegría que nace del corazón.



miércoles, 17 de mayo de 2017

UNIDOS CON JESÚS


"Yo soy la vida verdadera y mi Padre es el viñador. Si uno de mis sarmientos no da fruto, lo corta; pero si da fruto, lo poda y lo limpia para que dé más. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado. Seguid unidos a mí como yo sigo unido a vosotros. Un sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no está unido a la vid. De igual manera, vosotros no podéis dar fruto si no permanecéis unidos a mí.
Yo soy la vid y vosotros sois los sarmientos. El que permanece unido a mí y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí nada podéis hacer. El que no permanece unido a mí será echado fuera, y se secará como los sarmientos que se recogen y se queman en el fuego.
Si permanecéis unidos a mí, y si sois fieles a mis enseñanzas, pedid lo que queráis y se os dará. Mi Padre recibe honor cuando vosotros dais mucho fruto y llegáis así a ser verdaderos discípulos míos."

La imagen de la viña la encontramos en toda la Biblia, sobre todo en los profetas. Pero cuando la utiliza Jesús tiene una fuerza especial.
Jesús nos habla de la unidad entre todos sus seguidores. Formamos uno con Él. Él es la viña y nosotros los sarmientos. Sólo unidos a Jesús podemos dar fruto.
Jesús da mucha importancia a los frutos. Lo que muestra nuestra Fe no son las creencias, las fórmulas, los ritos...Lo que, de verdad, muestra nuestra Fe son nuestros frutos, lo que hacemos. Al igual que Él demostraba quién era curando, devolviendo la vista, haciendo caminar, perdonando los pecados...Nosotros, si queremos ser sus discípulos, si de verdad estamos unidos a Él, realizaremos las mismas obras. Seremos amor para todo el mundo. Es con esos frutos que podemos considerarnos discípulos de Jesús. Son esos frutos los que demuestran que formamos parte de la viña, que es Jesús. 

martes, 16 de mayo de 2017

LA PAZ DE JESÚS


"Os dejo la paz. Mi paz os doy, pero no como la dan los que son del mundo. No os angustiéis ni tengáis miedo. Ya me oísteis decir que me voy, y que vendré para estar otra vez con vosotros. Si de veras me amaseis os habríais alegrado al saber que voy al Padre, porque él es más que yo. Os digo esto de antemano, para que, cuando suceda, creáis.
Ya no hablaré mucho con vosotros, porque viene el que manda en este mundo. Él no tiene ningún poder sobre mí, pero así ha de ser, para que el mundo sepa que yo amo al Padre y que hago lo que él me ha encargado."

Jesús nos deja su paz. Digo, "su" paz, porque es muy diferente de "nuestra" paz. La paz de este mundo, que decimos se consigue preparando la guerra. Una paz fundamentada en tener mucha fuerza para que el otro tenga miedo y no nos ataque.
La paz de Jesús es la verdadera paz del corazón. La paz del que se siente en los brazos de Dios. Una paz, que como Jesús, nos lleva a cumplir la voluntad del Padre, a hacer lo que nos ha encargado.
La paz de Jesús es la de la gente sencilla, que disfruta con los pequeños detalles de la vida. Una paz que nos calma de la agitación de nuestra sociedad. Porque es una paz producto del amor, de la entrega, de la contemplación.  

lunes, 15 de mayo de 2017

EL ESPÍRITU NOS REVELA LA PALABRA


"El que recibe mis mandamientos y los obedece, demuestra que me ama. Y mi Padre amará al que me ama, y yo también le amaré y me mostraré a él.
Judas (no el Iscariote) le preguntó:
– Señor, ¿por qué vas a mostrarte a nosotros y no a la gente del mundo?
Jesús le contestó:
– El que me ama hace caso a mi palabra; y mi Padre le amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él. El que no me ama no hace caso a mis palabras. Las palabras que estáis escuchando no son mías, sino del Padre, que me ha enviado.
Os he dicho todo esto mientras permanezco con vosotros; pero el Espíritu Santo, el defensor que el Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho."

Si de verdad amamos a Jesús, seguiremos lo que nos ha mandado. Nuestras obras serán de justicia, de paz, de solidaridad...de amor, en una palabra.
Pero no siempre sabemos interpretar la voluntad de Jesús, que es la voluntad del Padre. Jesús nos indica cómo orientarnos, nos da un GPS. Es el Espíritu Santo, el enviado del Padre, el que nos enseñará el verdadero significado de la Palabra.
El Espíritu Santo es muchas veces el gran olvidado de nuestra espiritualidad. Al Espíritu sólo se le puede escuchar en el silencio, en el recogimiento. Si de verdad queremos seguir la Palabra de Jesús, seguir su camino, debemos buscar esos momentos de silencio, de paz, de meditación, en los que escucharemos la voz del Espíritu. Él nos ayudará a interpretar los signos de los tiempos, a seguir el camino de Jesús, que nos lleva al Padre. Ahí tenemos ese Dios que es Trinidad, Comunidad, Relación. 

domingo, 14 de mayo de 2017

UN DIOS CERCANO


"No os angustiéis: creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, no os habría dicho que voy a prepararos un lugar. Y después de ir y prepararos un lugar, vendré otra vez para llevaros conmigo, para que vosotros también estéis donde yo voy a estar. Ya sabéis el camino que lleva a donde yo voy.
Tomás dijo a Jesús:
– Señor, no sabemos a dónde vas: ¿cómo vamos a saber el camino?
Jesús le contestó:
– Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre. Si me conocéis, también conoceréis a mi Padre; y desde ahora ya le conocéis y le estáis viendo.
Felipe le dijo entonces:
– Señor, déjanos ver al Padre y con eso nos basta.
Jesús le contestó:
– Felipe, ¿tanto tiempo hace que estoy con vosotros y todavía no me conoces? El que me ve a mí ve al Padre: ¿por qué me pides que os deje ver al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Las cosas que yo os digo no las digo por mi propia cuenta. El Padre, que vive en mí, es el que hace su propia obra. Creedme que yo estoy en el Padre y el Padre en mí; si no, creed al menos por las propias obras. Os aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía más grandes, porque yo voy al Padre."

El evangelio de hoy, es la suma de los que leímos y comentamos el viernes y el sábado. Hoy arropado con las dos lecturas de los Hechos de los Apóstoles y de la primera Carta de Pedro.
Hemos reflexionado sobre la unión entre el Padre y Jesús. Hemos visto cómo Jesús es el camino que nos conduce al Padre. Un Dios cercano, porque lo hemos de buscar en Jesús, en el Hombre. Los hombres siempre han preferido colocar a Dios en el Cielo. Unos porque les molesta la exigencia de su cercanía y otros, porque es más fácil adorar a ese Dios lejano, que al que vive en nuestro prójimo.
En los Hechos, vemos cómo los apóstoles se dieron cuenta de que la Palabra no nos puede alejar de los hombres. Crean los diáconos, para que de una forma especial, se dediquen a servir al que lo necesita, al pobre, al hambriento, a las viudas...
Y Pedro, en su carta, nos insiste en la importancia de Jesús para llegar al Padre. Él es "la piedra angular".
Jesús es el que nos acerca a Dios, el que nos lo coloca a nuestro lado. Un Dios que es Amor y no nos abandona.

sábado, 13 de mayo de 2017

¿LO CONOCEMOS?


"Si me conocéis, también conoceréis a mi Padre; y desde ahora ya le conocéis y le estáis viendo.
Felipe le dijo entonces:
–Señor, déjanos ver al Padre y con eso nos basta.
Jesús le contestó:
– Felipe, ¿tanto tiempo hace que estoy con vosotros y todavía no me conoces? El que me ve a mí ve al Padre: ¿por qué me pides que os deje ver al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Las cosas que yo os digo no las digo por mi propia cuenta. El Padre, que vive en mí, es el que hace su propia obra. Creedme que yo estoy en el Padre y el Padre en mí; si no, creed al menos por las propias obras. Os aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía más grandes, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre yo lo haré, para que por el Hijo se manifieste la gloria del Padre. Yo haré cualquier cosa que me pidáis en mi nombre."

Los discípulos, representados por Felipe, siguen sin conocer a Jesús. ¿Lo conocemos nosotros? Si miramos a los que nos llamamos cristianos y lo lejos que estamos de asemejarnos a Jesús, podemos decir que no. Está claro que pocas veces hacemos las obras de Jesús. Y seguimos sin identificar al Padre con Jesús. Nosotros inventamos mil ceremonias y ritos, montones de oraciones, pero olvidamos, que es en Jesús donde encontramos al Padre. Y Jesús nos dice que a él lo encontramos en el pobre, en el hambriento, en el inmigrante, en el perseguido...
Nos quejamos de que Dios no escucha nuestras oraciones. ¿Las hacemos en nombre de Jesús?¿Rezamos ayudando al pobre, al hambriento, al perseguido, al inmigrante...?
El día que conozcamos de verdad a Jesús, la sociedad será totalmente diferente. El Reino estará con nosotros.

viernes, 12 de mayo de 2017

EL CAMINO


"No os angustiéis: creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, no os habría dicho que voy a prepararos un lugar. Y después de ir y prepararos un lugar, vendré otra vez para llevaros conmigo, para que vosotros también estéis donde yo voy a estar. Ya sabéis el camino que lleva a donde yo voy.
Tomás dijo a Jesús:
– Señor, no sabemos a dónde vas: ¿cómo vamos a saber el camino?
Jesús le contestó:
– Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre."

Jesús va anunciando su partida. Es natural que los discípulos estén inquietos. Dice que va a la casa del Padre, pero ellos se preguntan, ¿dónde está esta casa?¿adónde va?
Jesús, vuelve a indicarnos cuál es el camino. Qué hay que hacer para ir al Padre. No sólo seguirlo a Él, sino ser como Él; porque Él es el camino.
Seguir o no seguir este camino, comporta acertar o errar nuestra vida. Hace unos días, en una charla a los mayores del colegio, empezaba con una canción de Bruce Springteen: The River. Este río simboliza la libertad. Esta libertad es lo que Jesús llama: camino, verdad y vida. Él es la libertad. Si erramos el principio del camino, toda nuestra vida será un error. En la canción, cuando quieren volver al río, ya se ha secado. Nosotros tenemos la suerte de que Jesús siempre está allí. Siempre podemos rehacer nuestra vida, recomenzar. Pero hemos de tener bien claro, que Él es el camino y Él es el único camino que nos lleva al Padre. 



jueves, 11 de mayo de 2017

SERVIR Y ACOGER


"Os aseguro que ningún sirviente es más que su señor y ningún enviado es más que el que lo envía. Dichosos vosotros, si entendéis estas cosas y las ponéis en práctica.
No me estoy refiriendo a todos vosotros: yo sé a quiénes he escogido. Pero tiene que cumplirse lo que dice la Escritura: ‘El que come conmigo se ha vuelto contra mí.’ Os digo esto de antemano, para que, cuando suceda, creáis que yo soy. Os aseguro que quien recibe al que yo envío me recibe a mí, y quien me recibe a mí recibe al que me ha enviado."

Jesús acaba de lavar los pies a sus discípulos. Y les dice que el siervo no es más que su señor. Si el lava los pies, un trabajo de esclavos, nosotros debemos hacer los mismo.
Nos da también otra lección. Nos dice que quien le acoge a Él, acoge a Dios. Y todos sabemos quién es Él en nuestro mundo: el prójimo; el necesitado; todo aquél que espera que lo acojamos.
Si queremos ser sus discípulos y seguir sus pasos, debemos conjugar en nuestra vida ests dos verbos: servir y acoger. 

miércoles, 10 de mayo de 2017

ÉL VINO A SALVARNOS


"Jesús dijo con voz fuerte:
- El que cree en mí no cree solamente en mí, sino también en mi Padre, que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve también al que me ha enviado.  Yo, que soy la luz, he venido al mundo para que los que creen en mí no permanezcan en la oscuridad. Pero a aquel que oye mis palabras y no las obedece, no soy yo quien le condena, porque yo no he venido para condenar al mundo sino para salvarlo.  El que me desprecia y no hace caso de mis palabras, ya tiene quien le condene: las palabras que he dicho le condenarán el día último.  Porque yo no hablo por mi propia cuenta; el Padre, que me ha enviado, me ha ordenado lo que debo decir y enseñar. Y sé que el mandato de mi Padre es para vida eterna. Así pues, lo que digo, lo digo como el Padre me ha ordenado."

Jesús nos dice hoy, lo que hace unos días leíamos que dijo a Felipe: Quien me ve a mí, ve al Padre, al que me ha enviado.
No nos cansaremos de decirlo. El único camino para llegar a Dios, es Jesús. La única forma de conocer a Dios es Jesús. Dios nos trasciende y no podemos llegar a Él con nuestra razón. Por ello envió a su Hijo. Se hizo carne para que pudiéramos conocer algo de Él.
Y hoy nos dice algo muy importante. No ha venido a condenar al mundo, sino a salvarlo. Dios es un Dios de misericordia que quiere que todo el mundo se salve. Y Jesús lo dice porque el Padre se lo ha ordenado. Pero nos exige algo. Debemos escucharle y hacer caso de sus palabras.  Y las palabras de Jesús nos llevan al amor. Por esto, todo aquel que ama, aunque no reconozca a Dios, se salva. Porque, o nadie le ha hablado del Padre, o lo que no acepta, son nuestras pobres palabras y nuestros malos ejemplos, que no son la Palabra, sino nuestras palabras. 

martes, 9 de mayo de 2017

SU VOZ


"Era invierno, y en Jerusalén celebraban la fiesta en que se conmemoraba la dedicación del templo. Jesús estaba en el templo, paseando por el pórtico de Salomón. Los judíos le rodearon y le preguntaron:
– ¿Hasta cuándo nos vas a tener en dudas? Si tú eres el Mesías, dínoslo de una vez.
Jesús les contestó:
– Ya os lo he dicho y no me habéis creído. Las cosas que yo hago con la autoridad de mi Padre, lo demuestran claramente; pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas reconocen mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y jamás perecerán ni nadie me las quitará. Lo que el Padre me ha dado es más grande que todo, y nadie se lo puede quitar. El Padre y yo somos uno."

Los judíos no conocían a Jesús y continuaban preguntándole quién era. Hoy también podemos ignorar quien es. Se trata de reconocer su voz.
Él nos habla por la Palabra, por nuestro prójimo, por los signos de los tiempos. En cada persona que se nos acerca podemos reconocer su voz si sabemos escuchar más allá de las apariencias.
Lo que debe tranquilizarnos, es saber que Él nos conoce a nosotros y nos protege.
Nosotros debemos esforzarnos por reconocer su voz. Esa voz que nos habla desde el emigrante, desde el pobre, desde el enfermo, desde el encarcelado. Esa voz que nos habla desde nuestros familiares, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo. Esa voz que oiremos con claridad en nuestro momentos de soledad y meditación. La voz de Jesús.


lunes, 8 de mayo de 2017

ÉL NOS AMA


"Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; pero el que trabaja solamente por el salario, cuando ve venir al lobo deja las ovejas y huye, porque no es el pastor ni son suyas las ovejas. Entonces el lobo ataca a las ovejas y las dispersa en todas direcciones. Ese hombre huye porque lo único que le importa es el salario, no las ovejas.
Yo soy el buen pastor. Como mi Padre me conoce y yo conozco a mi Padre, así conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Yo doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil, y también a ellas debo traer. Ellas me obedecerán, y habrá un solo rebaño y un solo pastor.
El Padre me ama porque yo doy mi vida para volverla a recibir. Nadie me quita la vida, sino que la doy por mi propia voluntad. Tengo el derecho de darla y de volverla a recibir. Esto es lo que me ordenó mi Padre."

El evangelio de hoy es la continuación del de ayer. Si ayer era la Puerta por la que puede entrar y salir el rebaño, hoy es el Buen Pastor. El que cuida y ama a sus ovejas.
Ante las desgracias y problemas de la vida, podemos preguntarnos dónde está este pastor. Y es que solemos confundir algunos conceptos. Por ejemplo, confundimos paz con tranquilidad. La paz es algo profundo e interior, que puede vivirse en medio de la agitación y los problemas. También confundimos felicidad con bienestar. Y se puede ser feliz en medio de privaciones y dificultades. Hace pocos días tuve que pasar por toda las clases del colegio hablando de las misiones. En una clase me preguntaron al ver unas fotos de niños africanos yendo a buscar agua: ¿Cómo pueden sonreír y se les puede ver tan felices si no tienen nada? Otro muchacho de la clase le respondió: porque la felicidad no está en tener muchas cosas, sino en sentirse amado. ¿Sabéis qué clase era? Una clase de la USEE. Una clase especial para niños y jóvenes que no pueden seguir el ritmo normal de los demás.
El Buen Pastor, Jesús, es el que nos da esa verdadera paz interior y esa auténtica felicidad, por que Él nos ama. Cada uno de nosotros es único para Él.   

domingo, 7 de mayo de 2017

ÉL ES LA PUERTA


"Jesús añadió:
- Os aseguro que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que se mete por otro lado, es ladrón y salteador. El que entra por la puerta, ese es el pastor que cuida las ovejas. El guarda le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre y las ovejas reconocen su voz. Él las saca del redil, y cuando ya han salido todas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen porque reconocen su voz. En cambio no siguen a un extraño, sino que huyen de él porque no conocen la voz de los extraños.
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir.
Volvió Jesús a decirles:
- Os aseguro que yo soy la puerta por donde entran las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí fueron ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: el que por mí entra será salvo; entrará y saldrá, y encontrará pastos.
El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia."

Él es la puerta. La imagen de pastor y oveja, la encontramos bastantes veces en el evangelio. En el profeta Ezequiel se nos muestra un pueblo abandonado, guiado por malos y falsos pastores. Jesús recoge esta imagen y la utiliza muchas veces. Siempre, para indicarnos que Él se cuida de nosotros y que nosotros debemos cuidarnos de los que dependen de nosotros. Aquí ya no sólo es el pastor, si no que es la puerta por la que entran las ovejas. Por donde debemos entrar nosotros. Él es el que nos acoge.
Esta imagen la hemos empleado demasiadas veces en nuestro provecho, para dividir la Iglesia en unos que mandan y otros que obedecen. Sólo uno es el Buen Pastor. Sólo hay una puerta. Jesús. Tanto si nos consideramos ovejas, como pastores, si no entramos por la puerta de Jesús, somos malos pastores y malas ovejas.
Jesús nos invita a confiar en Él y a ser servidores de los demás, como lo es Él. Entonces es cuando tendremos vida en abundancia.


sábado, 6 de mayo de 2017

¿ANDAMOS CON ÉL?


"Al oir todo esto, muchos de los que seguían a Jesús dijeron:
– Su enseñanza es muy difícil de aceptar. ¿Quién puede hacerle caso?
Jesús, dándose cuenta de lo que estaban murmurando, les preguntó:
– ¿Esto os ofende? ¿Qué pasaría si vierais al Hijo del hombre subir a donde antes estaba. El espíritu es el que da vida; el cuerpo de nada aprovecha. Las cosas que yo os he dicho son espíritu y vida. Pero todavía hay algunos de vosotros que no creen.
Es que Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién el que le iba a traicionar. Y añadió:
– Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no lo trae.
Desde entonces dejaron a Jesús muchos de los que le habían seguido, y ya no andaban con él. Jesús preguntó a los doce discípulos:
– ¿También vosotros queréis iros?
Simón Pedro le contestó:
– Señor, ¿a quién iremos? Tus palabras son palabras de vida eterna. Nosotros sí hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios."

Nos dice Juan, que tras estas palabras, muchos, que antes le seguían, dejaron de hacerlo.
También nosotros, ante palabras como las que hemos oído estos días en el evangelio, dejamos de seguirlo y ya no andamos con Él.
Cuando se nos pide dejarlo todo por los demás. Cuando se nos pide buscar el último lugar. Cuando se nos pide dar de comer al hambriento, de beber al sediento y vestir al desnudo. Nosotros preferimos seguir con nuestras oraciones. Pero así ya no "andamos con Él"; porque Jesús es el hambriento, el sediento, el desnudo, el emigrante, el perseguido...Dándoles la espalda, se la damos a Jesús.


viernes, 5 de mayo de 2017

EL VÍDEO DEL PAPA - MES DE MAYO

HACERNOS UNO CON ÉL


"Los judíos se pusieron a discutir unos con otros:
– ¿Cómo puede este darnos a comer su propio cuerpo?
Jesús les dijo:
– Os aseguro que si no coméis el cuerpo del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna; y yo le resucitaré el día último. Porque mi cuerpo es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre vive unido a mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él. De la misma manera, el que me coma vivirá por mí. Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron vuestros antepasados, que murieron a pesar de haberlo comido. El que coma de este pan, vivirá para siempre.
Jesús enseñó estas cosas en la reunión de la sinagoga en Cafarnaún."

Juan nos sigue transmitiendo esta difíciles palabras de Jesús en su capítulo sexto. Los judíos no lo entendían, porque las tomaban en sentido literal. ¿Cómo iban a comer su carne y beber su sangre?
Comer su cuerpo y beber su sangre, es hacernos uno con Él. Eso es la comunión. Hacernos uno con Jesús encarnado, con el pan bajado del cielo; es decir, con el Jesús hecho frágil, anonadado hasta la muerte y muerte de cruz. La Eucaristía nos lleva a la fragilidad, a los pobres, a la humildad. Estar unido a este Jesús, es lo que nos hace vivir para siempre.
La Eucaristía ha de llevarnos a los necesitados y ha de darnos la alegría de sentirnos hermanos, porque somos uno en el Hermano, Jesús.