miércoles, 10 de mayo de 2017

ÉL VINO A SALVARNOS


"Jesús dijo con voz fuerte:
- El que cree en mí no cree solamente en mí, sino también en mi Padre, que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve también al que me ha enviado.  Yo, que soy la luz, he venido al mundo para que los que creen en mí no permanezcan en la oscuridad. Pero a aquel que oye mis palabras y no las obedece, no soy yo quien le condena, porque yo no he venido para condenar al mundo sino para salvarlo.  El que me desprecia y no hace caso de mis palabras, ya tiene quien le condene: las palabras que he dicho le condenarán el día último.  Porque yo no hablo por mi propia cuenta; el Padre, que me ha enviado, me ha ordenado lo que debo decir y enseñar. Y sé que el mandato de mi Padre es para vida eterna. Así pues, lo que digo, lo digo como el Padre me ha ordenado."

Jesús nos dice hoy, lo que hace unos días leíamos que dijo a Felipe: Quien me ve a mí, ve al Padre, al que me ha enviado.
No nos cansaremos de decirlo. El único camino para llegar a Dios, es Jesús. La única forma de conocer a Dios es Jesús. Dios nos trasciende y no podemos llegar a Él con nuestra razón. Por ello envió a su Hijo. Se hizo carne para que pudiéramos conocer algo de Él.
Y hoy nos dice algo muy importante. No ha venido a condenar al mundo, sino a salvarlo. Dios es un Dios de misericordia que quiere que todo el mundo se salve. Y Jesús lo dice porque el Padre se lo ha ordenado. Pero nos exige algo. Debemos escucharle y hacer caso de sus palabras.  Y las palabras de Jesús nos llevan al amor. Por esto, todo aquel que ama, aunque no reconozca a Dios, se salva. Porque, o nadie le ha hablado del Padre, o lo que no acepta, son nuestras pobres palabras y nuestros malos ejemplos, que no son la Palabra, sino nuestras palabras. 

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