jueves, 15 de junio de 2017

EL CENTRO DE NUESTRA VIDA


"Porque os digo que si no superáis a los maestros de la ley y a los fariseos en hacer lo que es justo delante de Dios, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que a vuestros antepasados se les dijo: ‘No mates, pues el que mata será condenado.’ Pero yo os digo que todo el que se enoje con su hermano será condenado; el que insulte a su hermano será juzgado por la Junta Suprema, y el que injurie gravemente a su hermano se hará merecedor del fuego del infierno.
Así que, si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí mismo delante del altar y ve primero a ponerte en paz con tu hermano. Entonces podrás volver al altar y presentar tu ofrenda.
Si alguien quiere llevarte a juicio, procura ponerte de acuerdo con él mientras aún estés a tiempo, para que no te entregue al juez; porque si no, el juez te entregará a los guardias y te meterán en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último céntimo."

Jesús nos dice, continuando la reflexión de ayer, que no basta con observar la ley. Lo importante no es la les, es el amor. Cumplir la ley a secas, es mera palabrería. Rezar, hacer ceremonias, cumplir preceptos, si no se hace por amor, no sirve para nada.
Para Jesús, el centro de nuestra vida debe ser el amor. No se trata de no matar solamente. Hay que amar. No se trata de rezar muchas horas, si nuestro corazón está lejos de nuestro hermano. La paz, la concordia, el perdón, han de ser previos a la oración.
¿Cuántos problemas desaparecerían de nuestra sociedad si su centro fuese el amor?

1 comentario:

  1. No ha de ser "potencial": ...desapareixerien... Pare Nostre ! que ens estimes, que t'estimo !Gràcies

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