jueves, 26 de octubre de 2017

FUEGO Y DIVISIÓN


"He venido a encender fuego en el mundo, ¡y cómo querría que ya estuviera ardiendo! Tengo que pasar por una terrible prueba, ¡y cómo he de sufrir hasta que haya terminado! ¿Creéis que he venido a traer paz a la tierra? Pues os digo que no, sino división. Porque, de ahora en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres. El padre estará contra su hijo y el hijo contra su padre; la madre contra su hija y la hija contra su madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra."

El evangelio de hoy nos puede desconcertar de entrada. ¿No es el mensaje de Jesús un mensaje de paz y concordia? ¿Cómo es que aquí nos habla de fuego y división?
El fuego con el que Jesús quiere que arda el mundo es el fuego del amor. Pero el mensaje de Jesús no es neutro. Este amor no es algo azucarado, romántico, sino un compromiso total con los pobres, los desheredados, los perseguidos, los emigrantes...Aceptar a Jesús es tomar parte por la justicia y esto nos separa al instante de los injustos. De aquellos que se aprovechan de los demás para enriquecerse y tener poder.
Seguir a Jesús no es fácil, como tampoco fue fácil para Él entregarse por nosotros hasta el final en la cruz. Este fuego no es el fuego de la violencia y la imposición de la Fe como pretenden los fundamentalistas. Es el fuego del amor, que supone renunciar a muchas cosas, y con el que debemos hacer arder el mundo.


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