jueves, 28 de diciembre de 2017

EXILIADOS


"Cuando ya los sabios se habían ido, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
- Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.  
José se levantó, tomó al niño y a su madre y salió de noche con ellos camino de Egipto, donde estuvieron hasta que murió Herodes. Esto sucedió para que se cumpliese lo que el Señor había dicho por medio del profeta: “De Egipto llamé a mi hijo.” 
Al darse cuenta Herodes de que aquellos sabios de Oriente le habían burlado, se enfureció; y calculando el tiempo por lo que ellos habían dicho, mandó matar a todos los niños menores de dos años que vivían en Belén y sus alrededores. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Jeremías:
Se oyó una voz en Ramá,
llantos y grandes lamentos.
Era Raquel, que lloraba a sus hijos
y no quería ser consolada
porque ya estaban muertos."

Mateo es el único evangelista que nos narra este relato. Es posible que sea más simbólico que real. Pero nos da unas lecciones muy importantes.
. A aquel niño aparentemente insignificante, que ha nacido en un establo, que está recostado en un pesebre, el poder, Herodes, le tiene miedo.
. Los niños representan a todos los inocentes perseguidos y muertos por el poder egoísta y dominador.
.   Jesús, ya desde el principio, representa a todos aquellos que deben huir perseguidos por los que se creen poderosos.
Hoy, más que nunca, somos testigos de las multitudes de desplazados en todo el mundo. Nosotros, el occidente cristiano, miramos hacia otra parte, los ignoramos. Somos, pues, cómplices de las atrocidades que se cometen, de la muerte de los emigrantes que huyen de sus países y no queremos acoger. ¿Somos conscientes de que Jesús sufre y muere en cada una de esas personas?    


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