viernes, 1 de diciembre de 2017

SEÑALES DE ADVIENTO


El domingo empezamos el tiempo de Adviento. Se trata de estar atentos, vigilantes a las señales del Señor. Florentino Ulibarri nos las recuerda con esta oración:

"Mil señales afloran cada día
para quien es vigía de la vida.
El susurro de la brisa,
el murmullo del arroyo,
el batir de las olas en la orilla,
el olor de la tierra que descansa,
el perfume de las plantas,
las hojas que caen maduras,
el rugido del mar bravío,
el viento huracanado,
el fuego que crepita
y todos los ruidos de la naturaleza...
son señales de un Adviento
que se anuncia y llega.
La luz de la mañana que despierta,
el sol que se levanta,
el agua juguetona y cantarina,
la tierra arada y vuelta,
al atardecer que todo lo recoge,
las estrellas que parpadean,
las nubes que van y vienen,
la luna con sus guiños y fases,
los caminos que no desaparecen
y el rocío que viste prados y montes...
son señales de un Adviento
que se anuncia y llega.
Niños que gimen y lloran,
unos padres que se levantan,
ancianos que sueñan y sueñan,
jóvenes que viven y cantan,
personas que acarician y aman,
campesinos que esperan tras la jornada,
trabajadores que cuidan y transforman,
emigrantes en busca de la vida,
solidarios llenos de ternura y vista,
profetas de una humanidad nueva...
son señales de un Adviento
que se anuncia y llega.
Gracias, Señor,
y que las señales
sigan y sigan." 

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